TEMA: ROMA
ÁREA/ASIGNATURA: CIENCIAS SOCIALES GRADO SEPTIMO
DURACIÓN: CUATRO HORAS
COMPETENCIAS PARA DESARROLLAR: Interpretación,
Análisis, pensamiento reflexivo y sistémico,
APRENDIZAJES ESPERADOS: Reconocer las practicas de exclusión en
nuestro entorno
ÁMBITOS CONCEPTUALES: Historia,
contextos culturales, espacio, geográfico,
derechos
MATODOLOGÍA: Se asigna un texto guía y diferentes
actividades de análisis, pensamiento crítico.
RECURSOS.
TEXTO
GUÍA
BIBLIOGRAFÍA
textos
guías del curso
ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR:
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La
civilización romana nació en la península itálica. En el siglo VIII a. C., la
península itálica estaba habitada por diferentes pueblos, entre los que
destacaban los latinos, en el centro, y los etruscos en
el norte. Las costas del sur y la isla de Sicilia estaban dominadas por
los griegos (la Magna Grecia).
Los romanos
explicaban la fundación de Roma por medio de la leyenda
de Rómulo y Remo en el 753 a. C., pero la ciudad surgió de la unión de varias
aldeas, habitadas desde mucho antes, existentes en las
colinas a orillas del río Tíber.
2. Etapas de la Historia de Roma.
La historia
de Roma durará más de doce siglos y durante este tiempo conquistó las riberas
del Mediterráneo y se convirtió en el Estado más poderoso de su época. Desde el
punto de vista político Rma pasó por tres sistemas: la monarquía (753-509
a. C), la república (509-27 a. C.) y el imperio (27
a. C. - 476 d. C.).
En
principio el gobierno de Roma se organizó como una monarquía, de cuyos primeros
reyes apenas sabemos muy poco. Los primeros reyes romanos fueron latinos, pero
los últimos fueron etruscos, pueblo que había sometido el Lacio.
El rey era
el Sumo Sacerdote y el general en jefe del
ejército, estaba auxilido por el Senado, formado por entre 100 y
300 miembros de las familias patricias más ricas e influyentes.
La sociedad
romana estaba compuesta en esta época por los patricios, familias
descendientes de los primeros pobladores, que controlaban la mayor parte de las
tierras y el derecho de ciudadanía y por los plebeyos, que eran
campesinos, comerciantes y artesanos que carecían de poder político.
Los romanos
no aceptaron con agrado la autoridad de los reyes etruscos, y consiguieron
deshacerse de ellos en el año 509 a. C. estableciendo una nueva forma de
gobierno: la República.
Durante la
República se crearon de forma gradual una serie de instituciones de gobierno
representativas. En principio las instituciones estaban monopolizadas por los
patricios, pero los plebeyos, que pagaban impuestos y servían en el ejército,
fueron exigiendo y consiguiendo derechos políticos y participar en el gobierno
de la ciudad. En el siglo V. a. C. lograron que un representante, el tribuno
de la plebe, defendiera sus intereses en el Senado y un siglo después los
plebeyos podían ser magistrados y senadores.
Las
instituciones principales fueron: los Comicios, las Magistraturas y el Senado.
Los
Comicios: eran asambleas en las que se reunían los ciudadanos romanos para
votar las leyes, elegir, los cargos públicos y decidir la guerra o la paz.
Estas asambleas populares se reunían siguiendo distintos criterios y con
funciones distintas:
Comicios de
las centurias: elegían los magistrados superiores (consules pretores y
censores) y declaraban la guerra.
Comicios de
las tribus, la unidad de voto era la tribu (distrito territorial), eligen a
ediles curules y cuestores, y legislaban.
Comicios de
las curias, administra justicia
Comicios de
la plebe, elige el tribuno de la plebe y el edil de la plebe.
Las
Magistraturas eran cargos políticos con funciones específicas y que suponían toda una
carrea política. Estos cargos eran: colegiados: a fin de equilibrar el poder y
evitar la corrupción, todos los cargos se compartían con, al menos, otra
persona, no se cobra un sueldo, anuales, de forma que todos los años había
votaciones,electos, excepto el cargo de senador, reservado para los antiguos
cónsules y con carácter vitalicio.
Todas las
magistraturas eran ordinarias, sólo el cargo de dictador era
extraordinario, propio de épocas difíciles; se encargaba así, durante seis meses,
de gobernar Roma y su ejército, y su poder estaba por encima del de los
cónsules. El dictador tenía, además, un ayudante, el jefe de caballería.
Seis eran
las magistraturas, ordenadas de mayor a menor importancia política:
Cónsul, siempre elegidos
de dos en dos, y tan importantes que daban nombre al año en el que gobernaban.
Jefes máximos del ejército, presidían las sesiones del Senado y se turnaban
diariamente en el ejercicio del poder.
Pretor, en número de
ocho, se encargaban de los tribunales de Roma.
Edil; eran elegidos de
cuatro en cuatro (dos patricios y dos plebeyos) y se encargaban del gobierno de
las ciudades.
Cuestor: se encargaban de
las arcas y gastos del Estado.
Censores, eran dos y su cargo
duraba cinco años. Su trabajo era elaborar las listas de ciudadanos (censos) y
dictaminar quién podía pertenecer o no a una clase social. Establecer la
lista de senadores y tachar de ella (nota censoria) a los que no fueran
dignos.
Tribuno de
la plebe. Era una magistratura especial, ocupada siempre por plebeyos.
Tenían derecho de veto sobre las decisiones del Senado, de
forma que se encargaban de que estas no perjudicaran los derechos de los
plebeyos.
El
Senado era la institución más importante. Era un consejo supremo encargado de
asesorar a los magistrados. Además, establecía leyes y dirigía la política
exterior. Sus miembros eran vitalicios, unos 300, y eran antiguos cónsules y
magistrados, y personas que sobresalían por sus cualidades, su fortuna y su
posición social.
Durante el periodo de la República, Roma consiguió conquistar muchos territorios, gracias a su bien organizado.
Primero, se impuso sobre los pueblos de la península itálica,
venciendo a latinos, galos y griegos de la Magna Grecia (siglos IV y III a. C)
En el Mediterráneo occidental, los romanos se impusieron tras un
largo conflicto que les enfrentó a los cartagineses en las guerras Púnicas (264 a. C - 146 a. C.). En la primera guerra
púnica (264 a. C - 241 a. C), Roma se hizo con Sicilia, Córcega y Cerdeña. En
la Segunda (219-201 a. C) los romanos extendieron su poder a la Península
Ibérica y el Norte de África y en la tercera (149-146 a. C.), Cartago dejó de
existir y su territorio pasó a ser una provincia romana.
En el Mediterráneo oriental derrotaron a los macedonios y
conquistaron Grecia parte de Asia Menor y Siria. Más tarde se extendieron por
Egipto y por todo el Norte de África.
César conquistó la Galia y ya en el Imperio se
conquistó Britania (siglo II) y se extendió la frontera a lo largo
del Rin y el Danubio.
En el siglo I a. C. comenzó un periodo de crisis y luchas internas. Las
conquistas habían proporcionado muchas riquezas (botín, esclavos y tierras) y
se formaron grandes propiedades agrícolas trabajadas por esclavos, que
arruinaron a los pequeños campesinos, que emigraron a las ciudades. Los más
beneficiados fueron los patricios y los jefes militares.
El aumento de las desigualdades sociales propició las protestas de la
plebe (intento de reforma agraria por los hermanos Graco, tribunos
de la plebe) y las revueltas de los esclavos (Espartaco).
La ruina de los pequeños propietarios agrícolas y su emigración a las
ciudades (especialmente a Roma) hizo que el número de personas apto para el
ejército bajó sensiblemente, por lo que fue necesario profesionalizar el
ejército (reforma de Mario). Estas legiones profesionales pasaron de ser fieles
a Roma a estar muy vinculadas a su jefe militar, que las utilizará para
satisfacer su ambición personal y política.
Los conflictos y divisiones internas propiciaron el abandono de los ideales
republicanos (división del poder) y la concentración del poder en manos de
estos generales, que unas veces se aliaban para compartir el poder (triunviratos) y otras se enfrentaban en entre ellos (Guerras
civiles: Sila y Mario, Pompeyo y César y Octavio y Marco Antonio).
La victoria de Octavio sobre Marco Antonio marcó el final de la
República. En el año 27 a. C. el senado concedió a Octavio los máximos poderes
(imperator, pontificex máximo ...) y así se convirtió en el primer emperador
romano.
El Imperio
Romano.
El Imperio comienza en el año 27 a. C, cuando
el Senado romano, reconoce el poder de Octavio (vencedor en la
guerra civil contra Marco Antonio), nombrándolo Augusto (elegido
por los dioses) y príncipe (el primer ciudadano); y se suele dar por finalizado
en el año 476 d. C. cuando Odoacro (general bárbaro al
servicio de Roma) depone al último emperador de occidente Rómulo
Augústulo.
Los emperadores
concentraron todos los poderes : político,
militar, legislativo y religioso.
Y aunque no desaparecieron
ni el Senado, ni otras instituciones republicanas, como las magistraturas y los
comicios, estas estaban controladas por el emperador, que ocupaba el cargo de
forma vitalicia y nombraba a su sucesor, formándose dinastías.
Los emperadores
prosiguieron las conquistas y en tiempos del emperador Trajano (98-177) alcanzó
su máxima extensión. Los territorios conquistados se habían ido organizando
en provincias desde la República, pero su administración se
perfecciona durante el Imperio. Las provincias se dividieron entre las
administradas por el Senado (las más pacificadas) y las imperiales. Los
gobernadores, nombrados por el emperador, recaudaban los impuestos, se
encargaban del orden público y aseguraban la defensa.
2. El Alto imperio (la pax
romana).
Durante los siglos I y II,
el imperio gozó de un periodo de relativa tranquilidad, que se le dió el nombre
de "pax romana". Durante este tiempo hubo un importante
desarrollo de la economía, de la cultura y de la vida ciudadana.
Los pueblos conquistados
fueron adoptando la lengua (latín) y las formas de vida propias de los romanos,
las ciudades se llenaron de grandes construcciones y obras públicas y se
extendió el derecho de ciudadanía romana (en 212 el emperador Caracalla lo
concedió a todos los hombres libres del imperio), a este proceso se le denomina romanización.
El principal vehículo de
la romanización fue la extensión de la vida urbana. El Imperio romano fue un
mundo de ciudades. Crecieron las ciudades viejas y se crearon otras nuevas.
Pero los romanos influyeron de manera diferente en Oriente y Occidente. En la
parte oriental del Imperio, los antiguos reinos helenísticos, no pudieron
influir mucho, ni siquiera se impuso el latín sobre el griego. Sin embargo, en
Occidente, Roma creó la primera red de ciudades, las colonias. Las ciudades
indígenas se adaptaron y sus habitantes adoptaron la mueva civilización.
3. La crisis
del siglo III y el bajo Imperio.
La crisis del
siglo III
A partir de finales del
siglo II la paz y la prosperidad económica empiezan a desquebrajarse. Durante
el siglo III el imperio romano vivió una grave crisis política, militar y
económica:
-Las dificultades hicieron saltar por los aires el ya conflictivo
sistema de elección de los emperadores. El ejército y la guardia pretoriana se
creían con el derecho a imponer a sus jefes como emperador, lo que ocasionó
numerosos conflictos civiles que generaron el caos.
-Además, las fronteras del Rin y el Danubio fueron objeto de frecuentes
ataques de pueblos germánicos que penetraban en el imperio
saqueando y destruyendo ciudades poniendo de manifiesto la debilidad militar
del mismo.
-Los problemas políticos y de seguridad, junto con la evidente crisis
del sistema esclavista generaron numerosos problemas
económicos: inflación y caos monetario (los emperadores
acuñaban moneda de mala calidad para hacer frente a los gastos), quiebra
del comercio (producido por la inseguridad), mayor presión
fiscal y decadencia de las ciudades (que fueron
muchas de ellas poco a poco abandonadas, especialmente en occidente).
El bajo
Imperio (siglo IV)
A finales del siglo III se
produce una cierta recuperación. En el 284 Diocleciano implanta
la llamada tetrarquía, intentando contener la desintegración del
Imperio. La tetrarquía repartía el imperio entre cuatro gobernantes. Además, se
fortificaron las ciudades, se fortaleció el ejército (reforma militar, fiscal y
monetaria), hubo una reorganización administrativa en diócesis (12) y
provincias (unas 100) y se trasladó la capital a Nicomedia.
La tetrarquía no
sobrevivió a Dicleciano. Cuando este dejó el poder, la lucha por el
mismo desembocó en una guerra civil que dio la victoria a Constantino. En
323 se convirtió en soberano único. Con Edicto de Milán se había
reconocido el cristianismo y le había dado una posición de religión dominante.
Continuó las reformas de Diocleciano y trasladó la capital a Bizancio (Constantinopla)
a orillas del Bósforo.
Teodosio el Grande, de origen hispano, consagró la división del
Imperio en dos: el de Occidente, con capital en Roma, y el de Oriente con
capital en Constantinopla. Además, este emperador convirtió en religión oficial
el cristianismo (Edicto de Tesalónica, año 380). La presión de
los pueblos bárbaros fue cada vez mayor sobre las fronteras. El empuje de los hunos obligó a los Visigodos y
otros pueblos a refugiarse en el imperio. En 406 varios pueblos entran por la
frontera del Rin. Los bárbaros dejaron sentir su presencia por todas las
provincias, se asentaban, pactaban con la Iglesia, con el ejército y con los
propios provinciales. Roma había desaparecido como centro del poder. En 476
Odoacro, caudillo germano, depone al último emperador de Occidente, Rómulo
Augústulo. El imperio de Oriente resistió a las invasiones y se mantuvo hasta
1453 (Bizancio).
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